Paola Castelao, de 45 años, es emprendedora: produce cuadros y objetos de decoración de manera artesanal.
Se encarga también de fotografiarlos, publicarlos, contestar las consultas en sus redes y gestionar las entregas.
Todo lo hace desde un taller instalado en su propia casa, que amplió y acondicionó hace pocos meses: no solo porque necesitaba un lugar un poco más grande para la producción, sino también porque fue imperioso para su salud organizar su trabajo en un espacio más cómodo.
“No tenía horarios, producía a demanda en distintos rincones de la casa, mis mesas de trabajo nunca eran adecuadas y me sentía físicamente incómoda.
No quería parar porque el negocio crecía, pero empecé a notar que prácticamente no dormía, me dolía la espalda y se me cansaba la vista.
Pasé casi dos años en un círculo vicioso en el que no podía dormir preocupada por responder a los clientes, pero tampoco podía responder bien porque estaba todo el día cansada”, confiesa Paola..